La historia del Taxus baccata

Queremos dedicar esta entrada a la gran comunidad de «Forestales» que sabemos siguen este blog. Hoy más que nunca, ya que leyendo la prensa nacional nos hemos enterado de que el número de parados ha alcanzado la escalofriante cifra de 5.800.000, de los cuales el 50% seguramente sean «Forestales». Mucho ánimo y tened siempre presente la posibilidad de ir a otro país, no podemos quedarnos donde y como unos ineptos quieren que nos quedemos.

Para los que no son «Forestales» el Taxus baccata o Tejo es una especie de distribución europea que aparece en España especialmente en zonas de montaña. Además de ser sagrado para los celtas, su mayor peculiaridad es su alta toxicidad, tan sólo el arilo o fruto no es venenoso, pero las semillas de su interior si lo son, y es aquí donde empieza nuestra historia.

A mi compañero, ya bautizado en Praga como «el Gallego», se le ocurrió probar este pequeño fruto. Como prueba esta foto.

Mientras el fruto era devorado por el aparato digestivo de Alberte, fuimos a dar una vuelta por el barrio de Malá Strana, uno de los barrios más antiguos que descansa sobre la falda del gran Castillo de Praga.

La toxicidad del joven Taxus baccata empezó hacer sus efectos haciendo que Alberte se encaprichara de un pavo real.

Malá Strana es uno de los barrios mas señoriales de la ciudad, en su interior podemos encontrar el Museo Kafka, el famoso muro de Lennon, la calle más estrecha del mundo y preciosos jardines. Las vistas al río Moldava y al puente de Carlos IV son realmente bonitas.

Alberte seguía empeñado en atrapar al pavo…

Es imprescindible que visitéis la librería Shakespeare e Hijos, una librería que te sumerge de lleno en las mil y una historias de los mil y un libros de su interior, un remanso de paz y armonía para cultivar tu mente, ¡¡¡ perfecta !!!

Aquí podemos ver a mi compañero arrinconando al pobre pavo…

Si nos acercamos al famoso puente de Carlos encontramos un bonito lugar para los enamorados, el Puente del Amor. El nombre resulta empalagoso pero todos nos imaginamos poniendo el candado con nuestros nombres y una preciosa chica al lado, quién sabe, igual os toca poner el candado algún día…

No sabemos si Alberte consiguió cazar el pavo o no, pero desde Destinopraga os podemos asegurar dos cosas:

1) La integridad del animal no se vio comprometida en ningún momento durante el reportage fotográfico.
2) No comáis arilos de Taxus baccata…
 
Christian
* Podéis ampliar las fotos pinchando sobre ellas
* Fotos by Christian
 

La peligrosa calle más estrecha del mundo

El número 24 de la calle U lužického semináře alberga la que se autodenomina la calle más estrecha del mundo, aunque yo creo que me metí en calles de Compostela más angostas. En todo caso esta calle praguense tiene un semáforo, con lo que yo diría que es la “calle más estrecha del mundo con semáforo”.

Esta gente está dilucidando si la abertura es un portal dimensional hacia un universo paralelo.

Destino Praga, en su ambición por meterse en todos los fregaos, acudió a la calle para documentar dicha afirmación, si bien otras voces discordantes aseguran que acudimos allí para hacer el ridículo. Juzguen ustedes.

Aseguraros que nos encontramos sanos y salvos a pesar de nuestra exposición al peligro.

La calle, escalonada como visteis, tiene un botoncito para poner en verde el semáforo y en su parte baja va a dar a un restaurante con vistas al río Moldava y al puente de Carlos.

Servidor (owned by Bea)Christian

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Vaya dos

Poco más que contar. Es una anécdota curiosa, que se visita en un momentillo, ya que está en el centro y puede coincidir de camino entre un monumento y otro. Te sacas la fotito y luego presumes de ello. Como nosotros. Mwahaha.

Alberte.

Cinco flashes

El balcón esta perfectamente adornado, limpio, impoluto. Nada está puesto al azar, todo sigue un estricto orden, parece que la noticia será importante, un bombazo. Miles de fotógrafos aguardan fuera con todo tipo de artilugios y objetivos. Sin previo aviso Rajoy sale al balcón. La multitud alborotada al principio permanece ahora en un absoluto silencio. El Presidente se dispone hablar: «Españoles, ciudadanos, ciudadanas…DIMITO»

¡¡¡ Flash,clic, clack, flash, flash, plack, flash, clic , clic, flash, clack !!!

¿Os imagináis todos esos flashes trabajando a la vez, intentando capturar el momento? Pues eso es lo que ha intentado hacer mi mente en estas dos primeras semanas en Praga. Flashazos por doquier para intentar retener la cantidad de información que me llegaba. Gente nueva, un metro nuevo, fiesta, autobuses nuevos, papeleos, aprender a cocinar, poner una lavadora, más fiesta, otra vez papeleos, clases en inglés, viajes, excursiones, hacer la compra, fútbol, ¿¿¿¿¿¿ otra vez fiesta ??????

Os dejo por aquí cinco de los muchos flashes que he podido retener.

1) Festival en Strahov: Música desde las dos de la tarde con todo tipo de conciertos, puestos de comida y cerveza, carpa con música más bailable y algunas actividades para pasar una buena noche. Al contrario que en España, por aquí arriba se fomenta la vida en la calle, será porque cuando venga el frío no sale ni dio…

2) Kutná Hora: Ciudad de la UNESCO que compitió económica, cultural y políticamente con Praga hasta bien entrado el siglo XVI. Un poco alejada si vienes a Praga un fin de semana, pero imprescindible en cualquier hoja de ruta. Cualquier palabra se queda pequeña para describirla. Destaca,por curiosa, la iglesia de Osario de Sedlec o como se la conoce comúnmente «Bone Church», en la cual más de 40000 esqueletos decoran hasta el último detalle. Macabro y tétrico pero visual.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

3) Alimentación: Dejaremos los platos típicos y la cerveza para otro día, ya que merecen ser analizados con tiempo. Como ocurre en todas las grandes ciudades hay que intentar alejarse del centro para comer a buen precio y para no caer en la tentación de los «fast food». Hemos tenido la ocasión de «merencenar» en dos sitios y seguro que repetimos, y si no mirar la buena cara que puso Pablo al ver el plato.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

4) Sasazu: De las mejores discotecas que hemos visitado, será porque justo ese día se acababa la «*ley seca». Organizaron una fiesta del semáforo algo curiosa, ya que el color verde significaba estar ocupado y el rojo estar libre. Menos mal que al final nos dieron el color que les dio la gana porque el lío hubiese sido considerable.

5) Boat Party: La dejó para el final porque ha sido una de las mejores primeras noches. En cuanto nos enteramos que las cervezas valían 45 coronas y no 75 la noche se volvió mágica. Gente de todos los países, un barco que recorre el río Moldava en mitad de la noche, cerveza barata…poco más se puede pedir ¡¡¡ Bueno sí, entrada libre en el Temple, discoteca que menciona Alberte en el anterior post.

*Ley seca: Ley que ha durado dos semanas y por la cual se prohibía la venta de bebidas con más de un 20% de alcohol. Todo porque se uso metanol para abaratar costes, provocando la muerte de hasta 26 personas.

La canción del momento en Praga…

Christian

El primer día

Dobrý den! Bueno, ya va siendo hora de que demos noticias, ¿no? Llevamos aquí doce días y parece que llevamos tres meses. Seguramente de tantos buses, tranvías y metros que pillamos, y las pateadas que nos metimos. Vamos a sacar unas piernas que el año que viene a la pasarela Cibeles seguro.Imagen

Pero empecemos por el principio. Y el principio es el aeropuerto. Nuestra historia empieza en Madrid-Barajas. Puedo afirmar que mi maleta pesaba más que la de Christian, de hecho se pasaba algo del peso -medio kilo-, pero me dejaron pasar. Tras el típico pitidito en el detector (esta vez incluso me hicieron descalzarme) pasamos al vuelo hasta Bruselas, con Brussels Airlines, cómo no. En el aeropuerto de Bruselas hicimos la parada técnica para comer. Elegimos una hamburguesería, porque todo lo demás era carísimo. Se ve que es un aeropuerto orientado al lujo. En la hamburguesería Christian ya tuvo sus primeros problemas con el inglés, cuando dijo que quería una “hamburguer and chips” y le preguntaron “do you want ketchup?”. “Yes, chips”. Anda que no nos reímos con éso después.

En el vuelo Bruselas-Praga, nos quedamos algo dormidos. Llevábamos desde muy temprano despiertos.

A la llegada al aeropuerto preguntamos por unos planos de la ciudad mientras esperábamos por las maletas. Juraría que allí vi a Anders Firsk, el árbitro de fútbol. Gracias a un compañero que estuvo el año pasado sabíamos que teníamos que pillar el autobús 117 para ir a Djevická (nuestro centro de operaciones para pillar buses o metro), para ir luego con el bus 107 ó 147 hasta Ceska Zemedelska (el campus). Con lo estrecho que era el bus, y la gente y las maletas, nos quedamos encajonados sin poder pagar. Pero la gente entraba en otras paradas también sin pagar. Estábamos alucinando. En el bus que nos llevó al campus nos pasó más de lo mismo, intenté preguntar al chófer, pero me hizo gestos de que pasara hacia dentro y me dejara de historias. Otro viaje sin pagar.

Nos bajamos una parada antes de tiempo, con las maletas de un quintal, y preguntamos cómo llegar a la JIH, nuestra residencia. Después del esfuerzo llegamos a recepción donde nos dieron una llave y nos dijeron que al día siguiente fuéramos a hablar con la “boss” para firmar el contrato y nos diera nuestras llaves. Días tarde sabríamos que el señor de recepción se olvidó de darnos las sábanas.

En el ascensor salían dos chavales. Dije “hello” y uno me respondió igual y el otro dijo “hola”. Al identificarlos como españoles comenzamos a hablar y quedamos en la recepción más tarde, para salir a cenar.

Cuando llegamos a la habitación se nos cayó el mundo al suelo, la verdad. La cocina no existe, es un hueco en el pasillo, la nevera no funcionaba, el colchón son tres cojines encima de una tabla… Pero definitivamente la palma se la lleva el baño. No sé qué pretenden ver ahí los checos.

Bueno, finalmente quedamos en una habitación para conocernos varios, la mayoría de ellos andaluces e ir bebiendo algo los que querían. Después, por el centro, un par de pizzas y al Temple.

El Temple es una discoteca que anteriormente era una iglesia. Tiene varias plantas, la última de ellas me han dicho los que han subido que es de striptease, pero para entrar hay que soltar más dinero, claro.

Bueno, nuestro primer día en Praga y ya salimos. No está mal.

PD: Escribo esto en mi duodécimo día en Praga. Los demás días ya no recuerdo tan detalladamente como pasaron así que los resumiré mucho más en las siguientes entradas 😛

Alberte